El volumen titulado
Ya en el prólogo, el autor guineoecuatoriano Donato Ndongo-Bidyogo insiste en que España lleva siglos dando la espalda al continente africano. Tras la conferencia de Berlín en 1885 y el tratado de París en 1900, España ve sus posesiones africanas reducidas a los territorios de Guinea Ecuatorial, Sáhara Occidental y la franja del Rif, al norte de Marruecos. Después de la descolonización, el español sigue siendo, para un número considerable de hispanohablantes, una de sus señas de identidad. No obstante, factores como el peso de la oralidad, la competencia con otras lenguas vernáculas o coloniales, sin olvidar las prohibiciones consiguientes a los regímenes dictatoriales, no facilitaron la continuidad del español como lengua de creación literaria. Donato Ndongo-Bidyogo ve en la incorporación a la literatura hispanoafricana de autores procedentes de países francófonos como Camerún o Benín, y en la aparición de autores que escriben en catalán, gallego y vasco, las pruebas de afianzamiento y creciente visibilidad de este campo literario. Hay que tener en cuenta, por ejemplo en el caso de Guinea Ecuatorial, que las dictaduras posteriores a la independencia prohibieron y reprimieron por la fuerza el uso del español, además de censurar y perseguir a los intelectuales. Natalia Álvarez Méndez (U. de León) nos recuerda que el compromiso ético de Donato Ndongo-Bidyogo, en su lucha contra la represión en su tierra y por la recuperación de una cultura nacional, por la libertad y el desarrollo, le ha valido más de cuarenta años de exilio. Ensayista y novelista, ha tenido una labor periodística y una actividad política comprometida contra la dictadura nguemista. El intelectual parece retratarse cuando afirma que el escritor es una conciencia moral de la sociedad. En su obra de ficción defiende el uso del español como lengua vehicular y aborda temas propios de la inmigración, pero sobre todo denuncia los abusos de gobiernos corruptos y autocráticos que han sustituido el colonialismo por otras formas de caciquismo con banderas nacionalistas. Para este autor, la literatura guineoecuatoriana es una síntesis de africanidad e hispanismo, una denuncia de la alienación que no renuncia a la percepción animista del mundo que respalda una significativa tradición oral.
Asunción Aragón Varo (U. de Cádiz) se centra en dos escritoras de habla hispana -Agnes Agboton (de origen beninés) y Guillermina Mekuy (guineoecuatoriana)- para revisar los hitos acerca de la idea de “sexualidad africana” y analizar sus textos eróticos desde contextos tradicionales y modernos. Nos recuerda con Frantz Fanon que las asociaciones racistas entre “negro” y “sexo” han marcado el imaginario colectivo europeo y que en la época colonial la sexualidad africana se reducía a una patología o a una forma de primitivismo animal. Dicho esto, las representaciones de lo erótico que ofrecen las dos autoras son casi antagónicas. La obra de Agboton consigue repensar con un uso sutil de la metáfora la sexualidad y la condición femenina desde la escritura púdica de cuentos tradicionales, mientras que las novelas de Mekuy (desde
Lola Bermúdez Medina (U. de Cádiz) nos acerca a la obra de César Mba Abogo. En 2007, este autor publica un conjunto de relatos cortos, poemas en prosa y en verso bajo el título
Justo Bolekia Boleká (U. de Salamanca) se centra en la poesía de Guinea Ecuatorial, para señalar que la poesía autóctona se encuentra debilitada, mientras que la foránea está entronizada. Es preciso recordar que en este país creado por los entonces colonizadores españoles, el 12 de octubre de 1968, la lengua española obtiene un estatus oficial desde entonces junto con el francés (desde 1986) y el portugués (desde 2011), mientras que las lenguas autóctonas (bubi, fang y ndowè) y criollas (fa-dambö y pidgin-english) carecen de reconocimiento alguno. Justo Bolekia Boleká apunta, además, el silenciamiento de la poesía oral africana. A partir de la delimitación de los rasgos de lo que él llama
Josefina Bueno Alonso (U. de Alicante) se centra en la obra de escritores amazighs de la inmigración en Cataluña que recurren a la lengua española o catalana para emprender su proceso de identificación y de construcción social. Las literaturas hispanoafricanas incluyen, además de los escritores de Guinea Ecuatorial, autores procedentes de Marruecos -para quienes España simboliza la resistencia a la francofonía y a la ocupación marroquí- o de otros países, como Camerún, Senegal o Benín, que han elegido libremente el español, sin olvidar a los autores surgidos de la inmigración. La profesora Bueno Alonso destaca la producción de las mujeres que, a partir de los años noventa, emigraron a Cataluña (primera comunidad autónoma receptora de inmigración), donde ya se encuentra la segunda generación de escritores en español y en catalán. Este corpus doblemente marginado por ser africano y de expresión española comparte con la denominada
Inmaculada Díaz Narbona (U. de Cádiz) destaca que la literatura hispanoafricana se diferencia de los contextos francófono, anglófono o lusófono, dado que en España no hubo ninguna literatura africana “tutelada” y sólo la eclosión de la literatura guineoecuatoriana a mediados del siglo XX ha despertado algún interés literario en el imaginario español. Su análisis se enfoca en las escritoras testimoniales forzosamente
En el capítulo titulado “Inongo -vi-Makomè, un africano por la Gran Vía (Barcelona): esencialismo y contra-literatura”, Mar Garcia (U. Autònoma de Barcelona) demuestra que el proceso de hibridación cultural y las identidades
Maya García de Vinuesa (U. de Alcalá de Henarés) aborda la construcción de la literatura africana anglófona en el ámbito español a partir de las traducciones al castellano, afirmando con Paul Bandia (2006) que la escritura africana postcolonial anglófona tendría un primer nivel de traducción en la lengua europea del imaginario original, y un segundo nivel de traducción entre lenguas europeas, triplemente apartado del texto oral africano en lengua vernácula. En el ámbito español, Cuba, consciente de las raíces africanas de la identidad caribeña, sería el país que más ha promovido la traducción de literaturas africanas anglófonas, mientras que en España sólo existen algunas pequeñas editoriales. Maya García de Vinuesa señala, en el panorama español, un vacío epistemológico que nos recuerda la pertinencia de la reflexión de Graham Huggan (2001) sobre las grandes editoriales británicas autodenominadas africanistas, creadoras, junto con el sistema de premios, de un canon literario propio.
Victorien Lavou Zoungbo (U. de Perpiñán) analiza la disputa sobre el referente “África” que ha marcado la recepción de la novela de Guillermina Mekuy Mba Obono
Claudine Lécrivain (U. de Cádiz) estudia la recepción en los ámbitos editoriales, mediáticos y académicos españoles de la literatura africana francófona desde 1980 hasta 2014. La descripción de la inserción y de la valorización de una literatura africana ajena al polisistema literario español desvela las representaciones de una sociedad que hasta la década de 1990 desconocía la literatura hispanoafricana. Anteriormente a la creación en 1984 de la
Enrique Lomas López se centra en la búsqueda identitaria del escritor larachense-malagueño Sergio Barce, con el objetivo de analizar la reescritura del Marruecos literario en un marco híbrido y transfronterizo. Entre el norte de África y el sur de Europa, la narrativa de Sergio Barce dibuja una imagen poliédrica de su país, reivindica la cultura árabe como patrimonio colectivo hispánico y trata de reconciliar una identidad marroquí perdida con una identidad española, asumida gracias a una magrebización lingüística del español impregnada de crítica social.
En el Sáhara Occidental la colonización española, que duró cien años, estuvo marcada por el desinterés por la cultura saharaui, y Conchi Moya recuerda que la implantación didáctica del español en la enseñanza sólo comenzó en la década de los años cuarenta del siglo XX. Pero el legado de la lengua española ha desempeñado un papel de resistencia frente a la imposición francófona de Marruecos. Existe una creación literaria saharaui en español cada vez mayor, que empezó con la Generación del 73 seguida de la generación de la amistad, que reivindica una identidad propia mediante una escritura influida por la poesía tradicional en hasanía y que expresa la conciencia nacional de un pueblo que sufrió la guerra de liberación nacional, el exilio y la ocupación.
Cristián H. Ricci (U. de California) estudia el hispanismo literario social e independentista en Marruecos a través de la poesía de Mohammad Sabbag, el primer poeta marroquí completamente bilingüe, que lleva los tropos de pensamientos “orientales” y “occidentales” de una lengua a la otra, y de la narrativa de Hazuz Hakim, que presenta culturas aisladas de la globalización por los fundamentalismos y los nacionalismos.
El volumen se cierra con la contribución de Blanca Román Aguilar, que apunta las dificultades que encuentra la recepción de la literatura en español de mujeres africanas, que comenzaron a duras penas a ser reconocidas en los años setenta y que siguen teniendo hoy una pésima recepción sin un público lector definido, ausente de los programas y de los estudios académicos, e ignorada por los medios de comunicación de masas. El corpus reducido de las mujeres que han publicado al menos un libro abarca múltiples temáticas como el maltrato, las relaciones familiares, la prostitución, la inmigración, el descubrimiento de la sexualidad o la afirmación de una subjetividad que coexiste con la representación de la mujer africana como objeto exótico, sensual y animal.
En definitiva, este volumen confirma ampliamente que, gracias al empeño de un equipo de especialistas, estudiar y difundir este corpus y la calidad de sus análisis, lo que era hace poco una literatura casi invisible, se está convirtiendo en un prometedor espacio de creación y de estudio.
Término que se refiere a los escritores de la segunda generación procedentes de la inmigración magrebí en Francia.