nrfhNueva revista de filología hispánicaNueva rev. filol. hisp.0185-01212448-6558El Colegio de México, Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios10.24201/nrfh.v65i1.2828ArtículosAhorita: lexicalización y cambio lingüístico en la comunidad de habla CaraqueñaAhorita: lexicalization and linguistic change in the spanish spoken in CaracasMalaverIrania*Universidad Central de Venezuela, Instituto de Filología “Andrés Bello”, Venezuela, email: imalaver@hotmail.com.Universidad Central de VenezuelaUniversidad Central de VenezuelaInstituto de Filología “Andrés Bello”Venezuelaimalaver@hotmail.comJan-Jun201765127572510201527062016Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative CommonsResumen:
Se examinan las ocurrencias de ahorita y los valores temporales con los que es empleado el diminutivo en el habla de Caracas. Además de describir el adverbio ahora, se discute el concepto de lexicalización con el fin de analizar ahorita como un caso de cambio lingüístico. Se examinan las acepciones del diminutivo en los diccionarios académicos y de americanismos de los siglos XIX y XX para comprobar los cambios semánticos que ha experimentado el diminutivo y se ofrecen datos diacrónicos y contemporáneos de distintos corpus sociolingüísticos americanos. Los datos caraqueños confirman que ahorita posee frecuencias de uso muy altas y que se halla en un estado parcial de lexicalización.
Abstract:
This paper examines occurrences of ahorita and the temporary values attached to the use of the diminutive in the Spanish spoken in Caracas. The adverb ahora is described and the concept of lexicalization is analysed as an example of linguistic change. The different meanings of the diminutive given in academic dictionaries and in nineteenth and twentieth century dictionaries of Americanisms are examined as a way to trace the semantic changes the diminutive has undergone over the years. Diachronic and contemporary data are cited from several American sociolinguistic corpora. The Caracas data confirm that ahorita is used very frequently and is in the process of lexicalization.
Palabras clave:diminutivoahoritalexicalizacióncomunidad de habla caraqueñaPreseeaKeywords:diminutiveahoritalexicalizationCaracas speaking communityPreseea
En el abuso de las terminaciones diminutivas hay algo empalagoso Andrés Bello
El presente estudio se ocupa del diminutivo ahorita, ejemplos (1) y (2), en la comunidad de habla caraqueña con el objetivo de comprobar el proceso de lexicalización que experimenta el vocablo1:
(1) ¡gracias a Dios todavía está viva! / tiene<alargamiento/> la hermana de mi papá ahorita tiene ochenta y ocho años / mi papá tiene ochenta (CARA_M33_103)2.
(2) ¿ves? están capacitadas / yo pienso que ahorita las condiciones para<alargamiento/> lograr eso son más / más estables y más rentables que cuando mi época (CARA_M31_032).
El diminutivo de bases adverbiales es un tema tratado en las gramáticas generales y en los
textos dialectológicos3 como rasgo
dialectal, puesto que adverbios diminutivizados como cerquita,
despacito, afuerita no se emplean en las
variedades peninsulares y sí en las americanas: “el español americano suele extender los
diminutivos a adverbios e interjecciones que no los llevan en el europeo, como
acacito, adiosito, ahicito,
ahorita, allacito, alrededorcito,
antesito, apenitas, aquicito,
chaucito, despuesito, detrasito,
nomasito, suavecitamente..., según la
Nueva gramática de la lengua española. Manual
(NGLE-M)”4. Es ya
un hecho estudiado que el español americano produce más diminutivos que el español
peninsular, no sólo con las bases adverbiales, sino con sustantivos y adjetivos5. La complejidad del tema es una
advertencia constante de los autores que han debatido sobre la función principal del
diminutivo: la de expresar reducción de tamaño o nociones afectivas6. M. Hummel
(1997) resume algunas de las propuestas de quienes han abordado la función
básica del diminutivo en la lengua española:
Náñez Fernández habla del “carácter funcionalmente camaleónico” de los diminutivos; compara, por tanto, los diminutivos con un animal que se adapta a su entorno sin por ello modificar su naturaleza, mientras que González Ollé dice que “el diminutivo es una veleta”. Polo llama a la dependencia respecto del contexto “orquestación del diminutivo”; De Bruyne habla de “polivalencia”... La gran influencia del contexto explica además por qué los diminutivos en España e Hispanoamérica han estado sujetos a preferencias regionales características (pp. 198-199).
Sobre esta advertencia Zuluaga Ospina (1970, p. 23)
afirma: “A pesar de haber compilado unos cuatrocientos ejemplos en cuatro obras
literarias de temas y países diferentes, no hemos logrado reunir documentación de
primera mano suficiente para ilustrar todas las posibilidades ofrecidas por el tema”.
Lázaro Mora (1999, p. 4652), por su parte,
apunta que la compatibilidad de los sufijos diminutivos con las bases sustantivas
constituye un problema complejo en el que participan “condicionamientos pragmáticos de
difícil sistematización. Además, la situación es distinta en el español de América,
donde se dan como de uso normal diminutivos que en el castellano peninsular resultan
infrecuentes o declaradamente extraños”.
El problema de estudio
Para comprender el proceso de cambio que caracteriza al diminutivo ahorita en el español actual se hace necesario caracterizar la base adverbial. Ahora forma parte del grupo de adverbios pronominales7, junto con hoy, ayer, mañana, anteayer, anteanoche, anoche, entonces y la locución pasado mañana. Los adverbios se consideran palabras no variables, pues no establecen relaciones de concordancia, si bien pueden aceptar sufijos diminutivos y aumentativos como en arribita y arribota, respectivamente. Como adverbio temporal, ahora se relaciona directamente con el verbo; puede aparecer en posición inicial, media o final del enunciado y es tónico.
Luis Javier Eguren Gutiérrez (1999) describe
y analiza el sistema de deixis de los pronombres y adverbios demostrativos, entre
los que se cuenta ahora. En este sentido cabe señalar, en primer
lugar, que ahora, entonces, ayer,
mañana y noche, como demostrativos cuya
función más habitual es la de complemento circunstancial, son adverbios deícticos,
es decir, son expresiones referenciales que inicialmente identifican momentos, pero
que respecto del centro deíctico de la enunciación, también lugares e individuos. En
segundo lugar, siguiendo a Eguren, los adverbios demostrativos de tiempo se
distribuyen en dos subsistemas: el que tiene como eje el yo-ahora
de la enunciación y se contrapone a cualquier momento o intervalo de tiempo que no
coincida con el ahora, tanto en el pasado como en el futuro
(entonces), y el que se organiza alrededor del
hoy, el día en que ocurre el acto de la enunciación. Este
subsistema se opone a ayer (el día anterior), a
anoche (la noche anterior) y a mañana (el día
posterior). Ahora no sólo se enclava en el momento presente del
evento comunicativo, sino que cubre un espectro temporal que abarca tanto el tiempo
presente como el tiempo pasado y el tiempo futuro: “ahora y
hoy no expresan necesariamente el momento o el día exactos en
los que se produce el acto de enunciación, sino un lapso de tiempo más amplio que
expande el momento o el día del acto de enunciación” (p. 960).
En la NGLE-M (p. 340) se destaca la amplitud de referencias temporales que cubre ahora, ya que puede referirse tanto al momento exacto en que se habla (“Ahora me estoy levantando de la silla”) como al tiempo en el que ocurren ciertos eventos (“Ahora tenemos más esperanzas de superar esa situación que hace tres años”). El uso de ahora, que refiere al tiempo presente del acto de enunciación con el significado de ‘en esta época presente’, ‘en los actuales momentos’, se opone a antes. Con este ‘ahora’ el hablante puede contrastar eventos y personas en un tiempo anterior de amplitud o duración mayor con el momento presente, como ocurre en el ejemplo siguiente:
(3) Ahora tenemos más esperanzas de superar esa situación que hace tres años (El País [Esp.] 5/III/1980).
Ahora (agora) proviene del latín hac hora que significa ‘en esta hora’. En el Diccionario de Autoridades (1726-1739) se destaca el significado de ‘mui cercano’ respecto del momento de la enunciación y se advierte que no debe emplearse para referir al tiempo pasado ni al venidero:
AHORA. adv. de tiempo. Que significa el presente: y aunque muchos escriben aóra y agóra, es mas próprio ahóra, que es como decir à esta hora. Algunas veces expressámos con esta voz el tiempo passado, ò el venidéro; pero debe ser quando es mui cercano: como si dicessemos ahora me han dicho que llegó un corréo, ahóra iré à saber si me trahe cartas. Lat. Nunc. QUEV. Cuent. en la Dedicat. Aqueste, por este, agóra, por ahóra: son infinitas las voces, que pudiendo escoger usamos lo peor. ALCAZ. Chron. tom. 2. pl. 186. Con estas prévias noticias se entenderá mejor ahóra la carta circulár del Padre Julio Facio (énfasis añadido).
En cierto momento de su uso, ahora debió haber ampliado su campo temporal y pasó de la referencia de la inmediatez a la referencia más vaga. Desde esa amplitud temporal se opone a antes (‘en tal tiempo u ocasión’) y se solapa con luego (‘después’, ‘más tarde’) y con después (‘posterioridad’). En la 23a edición del Diccionario de la lengua española, las primeras cinco acepciones del adverbio son las siguientes:
De agora.
adv. dem. En este momento o en el tiempo actual. Estoy empezando a hacer la cena ahora. Acabé los cursos de alemán y ahora estudio francés.
adv. dem. Este momento o el tiempo actual. U. normalmente precedido de preposición. La juventud de ahora tiene más libertad.
adv. dem. Hace poco tiempo. Ahora me lo han dicho.
adv. dem. Dentro de poco tiempo. Ahora te lo diré.
adv. dem. Am. hoy.
Ahora bien, en el Diccionario de americanismos (DA)8 se especifican los significados con los que se emplea ahora en las comunidades de habla del Continente, que dan a entender que el significado de ‘hoy’ es de uso americano y no general; según el mismo DA, la acepción ‘hoy, en el día presente’ es usada en casi todas las comunidades (México, Guatemala, El Salvador, Panamá, República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay), y la acepción ‘dentro de un rato’, ‘en el transcurso del día’, sólo se emplea en Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Sin embargo, este último significado también está presente en las hablas caribeñas, en ejemplos como (4), en que el adverbio se combina con otras expresiones temporales9:
(4) Galazarza, ahora más tarde lleve usted a Jeramín a recorrer la ciudad (Uslar Pietri, Visita).
De hecho, ambos significados se solapan, pues en ‘el día presente’ cubre ‘en el transcurso del
día’, ‘dentro de un rato’. Aleza Izquierdo (2010, p.
187) muestra cómo en el habla cubana los hablantes emplean
ahora para referir a los dos significados registrados en el
DA:
Pasado
(5) Y entonces ahora fue muy lindo (LH1, 558).
Presente o actual
(6) Ahora me estoy levantando más temprano (LH1, 570).
Trabajo social, ahora no me acuerdo (LH2, 602).
Futuro
(7) Joaquín Sabina va a cantar ahora (LH12, 877).
Otro ejemplo del habla actual de La Habana10 muestra el uso de ahora para comparar el tiempo en presente con una época pasada. Nótese en (8) que el adverbio aparece combinado con actualmente:
(8) ya la parte esa donde estaba el cuarto de desahogo y el lavadero no existe porque es donde es actualmente ahora la cocina después del cambio que se hizo la cocina eeh lo que era antes la cocina ahora es un comedor la sala es lo que era el comedor... (LHAB_H12_037).
En el habla de Montevideo se registran usos del adverbio para expresar tanto cercanía temporal (9) como ‘tiempo actual’, ‘tiempo presente’ (10)11:
(9)
I.: uhm/ no sé /sabés que no sé por dónde pasa / o sea / es difícil de explicarlo / porque en realidad no faltan el respeto / pero como que se rompe la regla de la formalidad o de la diplomacia que tiene que haber entre determinados ámbitos
E.: ¿como cuáles?
I.: ámbitos / de repente / por decir algo uno va a un comercio / a un determinado comercio y te parece / ahora ahora no recuerdo bien en qué momento...
(10)
I.: ¿por qué no voy al teatro?
E.: claro / por qué no te gusta por ejemplo
I.: supongo que porque / nunca / o sea no era paseo que que / digamos se te inculcaran desde chica para ir / o sea íbamos siempre al Parque Rodó / que desde hace treinta años a ahora está igual <risas = “I”/> / eh / al Parque Rodó o bueno al cine / o a la rambla / o sea esos eran los paseos que recuerdo así que íbamos con mis padres / hh / entonces el teatro que tampoco era un paseo que se usaba ir en la escuela / ahora siempre todos los años por lo menos voy una vez al teatro para ver alguna obra infantil con los chiquilines de la escuela/
También en el habla guatemalteca se encuentran casos de ahora con el valor temporal de ‘en los actuales momentos’12:
(11)
E: que ese ya no existe/
I: no ya no yo si todavía viví el chipi chipi y entonces ahí usted botaba la maleza que se yo los árboles todo y al ratito ya estaban naciendo otra vez pero ahora si ya ha sido tan drástico que el calor si se siente y ha sido insufrible realmente que yo a veces digo puchica será que estoy en Cobán cuando amanezco yo estoy acostumbrada al frío soy de la tierra fría según yo parece que no/
(12)
I: si parrandeamos en la casa siempre que hay cumpleaños que se yo hacemos la, en Cobán solo que sean una fiesta de aquellas que se yo una boda las fiestas se hacen en la beneficencia, que es de esos lugares también de la bailada pero de ahí la gente parrandea en su casa/
E: mjm /
I: y ahora ya se acostumbra en las funerarias porque antes no / acostumbrábamos en funerarias, velábamos a la gente en nuestra casa/
Silva-Corvalán estudió las funciones temporales y discursivas de ahora en el español de Chile13. En su análisis, la autora ejemplifica los significados con los que los informantes usan el adverbio:
(13) O sea me resfriaba y al tiro me daba amigdalitis. Ahora, este año, no tanto así, pero el, cuando chica, sí harto, me daba amigdalitis, eh, me dio, neumonía un verano (C, f20, CH2A).
(14) Porque creo yo que el hombre, y de acuerdo con las costumbres de aquel entonces y de ahora, debe tener un hogar con sus hijos y acondicionar la vida a ese sistema que es bonito en el fondo (F, m70, CH1, 50B).
En síntesis, expuesta la definición de ahora como adverbio temporal, se ha mostrado que el adverbio refería originalmente a un momento cercano al evento comunicativo pero que cubre un espectro temporal más amplio; ahora es una palabra polisémica, cuyo uso de ‘hoy’ es propio de las regiones americanas.
El intensificador ahorita
La necesidad de resaltar la cercanía temporal de lo que se habla respecto del momento
comunicativo representa la motivación principal del diminutivo
ahorita, el cual expresa un recurso de intensificación que el
hablante desea transmitir. Acerca de esta estrategia de intensificación, Herrero (1991, p. 40) plantea:
El hablante, movido por el deseo de hacer más expresiva la comunicación, tiende con cierta frecuencia a realzar ciertos elementos de la misma y/o intensificarlos... la intensificación a su vez supone habitualmente un énfasis cuantitativo, es decir, un relieve de la cuantificación.
La información subjetiva que trasmite el diminutivo puede ser de atenuación, ironía, afectividad14; en el caso del adverbio, tal como señala el NGLE-M, cuando el diminutivo se combina con bases adjetivales y adverbiales implica intensificación:
Este contenido es compatible con la cuantificación expresa: muy calentito, bastante grandecito. En ahicito, allacito, igualito, mismito la intensificación se traduce en matices cercanos a los que expresan los adverbios justamente o exactamente... (p. 169).
Así, al unirse el sufijo diminutivo a la base léxica, ahorita aumenta la inmediatez del evento descrito o narrado.
En el habla informal-espontánea bogotana, Fontanella
(1962) mostró que ahorita se usa con el valor temporal
de ‘ahora mismo’, ‘en este momento’; Kanny (1969, p.
329) planteó lo mismo acerca del habla mexicana al documentar la
diferencia entre ahora y ahorita apoyándose en las
observaciones del lexicógrafo Santamaría (publicadas en 1921): “Ahora, propiamente,
se refiere a la actualidad durante el día o a la fecha en que se habla; así, se dice
iremos ahora, ahora en la noche, esto es
«hoy»; en tanto que ahorita es «en este momento», en el instante
mismo en que se habla”. Según Resnick 1981,
en Centroamérica, México y Colombia, ahorita intensifica el
significado ‘en este momento’, mientras que en Puerto Rico y demás países
hispanohablantes se usa para ‘después de un rato’. Datos del habla espontánea de La
Habana, comentados por Aleza Izquierdo (2010, p.
183), muestran que ahorita intensifica tanto el momento
del evento comunicativo (15) como la anterioridad inmediata (16) y la posterioridad
inmediata (17):
(15) Es lo que yo te decía horita (LH10) ‘en este momento’ ‘ahora mismo’.
(16) Horita te hablé de una canción de Alberto Cortés (LH12) ‘hace un momento’.
(17) Que yo decía: “Yo” horita van a poner una ópera en discoteca (LH8) ‘dentro de un momento’.
Del habla de Guatemala he extraído ejemplos en los que ahorita manifiesta amplitud temporal presente (18) (19) y pasado cercano (20)15:
(18)
E: ¿tiene rato de trabajar aquí?
I: llevo ahorita once años
E: de verdá <enfático> con qué razón miro que tiene cuello <risas =2>
I: pues <risas=1> de milagro no me han despedido / 2h1.19.
(19)
E: ¿cuántos años tiene de ser testigo de Jehová?
I: yo ahorita tengo quince años 3H1.33.
(20)
I:...no tenía ni donde vivir entonces tenía que llevarlos a la casa del niño / de ahí a trabajar / ya iba ya venía / por // darles lo necesario / lo poco que yo podía pues / porque no le voy a decir / que los tenía bien / bien a los grandes veá/ ajá pero gracias a Dios / he salido adelante / con ellos / y ahorita que cuando él falleció // me quedé / quedé embarazada del último que es D. / 2M114.
Los usos ejemplificados con testimonios orales, pertenecientes a hablantes de distintos dialectos, propios del discurso espontáneo y semiformal, muestran la alternancia entre ahora/ ahorita para todas las referencias temporales que cubre el adverbio. Esta extensión que parte del uso intensificador ha hecho de ahorita una partícula polisémica. Precisamente, Reynoso, en su amplia investigación del español contemporáneo, se planteó este fenómeno para el habla mexicana; la autora ofrece testimonios de la polisemia de ahorita cuando se usa para referir ‘en esta época’ (21), ‘futuro cercano’ (22) y ‘en este mismo momento’ (23). Apoyándose en ejemplos como los anteriores, supone que el diminutivo pierde su función intensificadora y puede estar en proceso de lexicalización16:
(21) Ahorita que no hay nada en ninguna parte y que todo está tan caro ¿quieres que deje la chamba? Estás loca... (C. Pacheco, p. 25).
(22) Sí, señora. Sí hay lata de champignones. Sí, sí están enteros. Sí, seguro. Aquí también están los rebanados. ¿De esos no llevo? ¿Cuántas latas compro de los enteros? ¿Tres? Está bien, señora. Ahorita voy para allá (Loaeza, p. 83).
(23) Aplástate, cabrón... A ver ahorita mismo vas a decirme qué chingaos pasa contigo. Porque si no estudias, yo no voy a estar manteniéndote a lo pendejo... (C. Pacheco, p. 106).
Otros casos de finales del siglo XIX17 (documentados en el CORDE) testimonian los valores temporales variados con que se emplea ahorita; los ejemplos del (24) al (27) corresponden al significado de ‘en el momento mismo de la enunciación’, ‘ahora mismo’:
(24)
¿Y cómo es eso; si está tan cerca, cómo he de tardar más, andando más ligero?
-¡Oh! -contestó el paisano, echándole una mirada de compasión al caballo de su interlocutor-; es que si lo sigue apurando al mancarrón, ahorita no más se le va a aplastar. Lo cual, oído por el viajero, hizo que, recogiendo la rienda, se pusiera al trote (1870, Lucio Victorio Mansilla, Una excursión a los indios ranqueles, Argentina).
(25)
El general Zapote se echa al coleto un vaso de a media botella, y responde saboreando: Esto debe de venir de la fábrica; pero aún no me hago cargo: echa acá una narigadita de tu coñaquillo... ¿him? ¡hum! regular, regular: así, así. Conque el amigo Chinchilla toma coñac de a cinco pesos, fuera del casco... Como te iba diciendo, la intemperancia mina la inteligencia: no bebas. Agamenón. Mi pobre zamba... ahorita se me viene a la memoria: acompáñame a tomar una copa por ella (1880-1882, Juan Montalvo, Las catilinarias, Ecuador).
(26)
La última frase descorrió por completo el velo. Don Fernando y Manuel se demudaron notablemente, y el primero dijo: -¡Ah...! Ya lo sé, hija; tu marido está preso, ¿no?...
-Sí, Wiracochay, también ahorita se han llevado todos nuestros ganados (1889, Clorinda Matto de Turner, Aves sin nido, Perú).
(27)
Bien, ¿y qué? -preguntó aquí don Román con una seriedad y una firmeza que desconcertaron al indianete- ¿por qué me cuenta usted eso a mí?
-Pues se lo cuento, señor don Román, para decirle en seguida, como ahorita tengo el honor de hacerlo: con usted va la historia, y aquí me tiene dispuesto a rendir la existencia carnal a su propio lado... (1879, José María de Pereda, Don Gonzalo González de la Gonzalera, España).
En los mismos textos del siglo XIX aparecen los otros valores temporales de ahorita. En (28) se aprecia el significado de ‘dentro de poco’ y en (29) y (30) el valor intensificado corresponde al de ‘hace un momento’, ‘hace poco’ (en ambos casos el verbo aparece en pretérito):
(28)
-¡Nicolás! ¡Nicolás! ¡Pilar, hermana!... ¡Socorro! ¡Misericordia! ¡Tengan piedad de mí!... ¡Perdón! ¡Perdón! Nicolás y Pilar se quedaron helados de espanto.
-Pero, ¿qué es eso?... ¿Qué tienes? -gritó Pilar.
-Es que... -dijo Manuela- es que... ahorita van a fusilar al zarco; allí está amarrado, tapado con los caballos..., ¡lo van a matar delante de mí! ¡Perdón! ¡Perdón, don Martín! ¡Perdón Nicolás!... ¡Ah, me voy a volver loca! (ca. 1886-1888, Ignacio Manuel Altamirano, El Zarco: episodio de la vida mexicana en 1861-63, México).
(29)
Pero no desplegó sus labios. Debió de penetrar la maldita gata aquella en el pensamiento de su ama, pues como si contestara a una pregunta, le dijo de buenas a primeras:
-Pues ahorita, cuando bajé a la carnicería, ¿sabe?, encontréme a la señorita Cirila. Me preguntó por el señorito, y dijo que pasaría a verla a usted, sin decir cuándo ni cuándo no (1887, Benito Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta, España).
(30)
-¿Y qué tal nos encontramos esta tarde? -dijo don Evaristo inclinándose para verle la cara.
Echábaselas de médico; pero examinaba la cara por lo bonita que le parecía, no por buscar en ella síntomas hipocráticos; y como avanzara la noche y no había luz, tenía que acercarse mucho para ver bien. Continuaba ella en el propio sitio y postura que por la mañana.
Estoy lo mismo -replicó sin moverse-. Desde que usted se fue, estuve llorando hasta ahorita (1887, Benito Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta, España).
Náñez Fernández analizó siete obras del siglo XV, once de los siglos XVI y XVII y catorce del siglo XVIII y del español contemporáneo; con ello constituyó un corpus de 4 347 casos de diminutivos terminados en ito18 en el que ahorita aparece sólo dos veces en la obra de Benito Pérez Galdós (véase supra). También del siglo XIX, Ramírez Luengo19 ofrece un ahorita tomado de un texto boliviano de mediados de siglo en el que el diminutivo se combina con una frase temporal para intensificar el valor de ‘en este momento’: “Hiciera con vos un atentado, pero no, porque sois un infeliz soldado y os encargo el amor a la Patria..., que ahorita en este momento desaparecerá mi existencia después de padecer tantos años”.
A la luz de estos casos del siglo XIX y del siglo XX, es posible sostener que la simultaneidad con el evento comunicativo fue el primer significado intensificado por el diminutivo; dado que ahora expresa coordenadas temporales amplias, que van del pasado inmediato reciente al futuro inmediato, pasando por el tiempo presente -tanto puntual como durativo-, cabe esperar que ahorita se extendiera al resto de los valores temporales de la base adverbial.
Lexicalización del diminutivo
Para analizar ahorita como un caso de lexicalización, se parte de las observaciones de Javier Elvira, quien plantea:
El concepto de lexicalización no se sitúa en el dominio semántico sino en el de los mecanismos de producción de expresiones y hace referencia a un cambio en el procedimiento que hace posible la existencia de una expresión. Más en concreto, lexicalización es el proceso por el cual una expresión, que previamente se obtenía o recibía acceso por medios gramaticales o analíticos, se archiva como un bloque en la memoria o diccionario mental y se utiliza de manera global, sin necesidad de análisis previo (“Aproximación...”, p. 4).
La consecuencia semántica de este proceso es que la palabra adquiere un significado diferente e independiente del significado de la palabra base; en el caso de las palabras que contienen sufijos apreciativos, el nuevo significado no se deduce de la combinación de la raíz y el sufijo20. Un síntoma del proceso de lexicalización es la alta frecuencia de uso de la voz lexicalizada -o en proceso de lexicalización-, pues ello contribuye a la rutinización de su uso; al respecto, el mismo Elvira explica:
Son muy variadas las circunstancias que favorecen la lexicalización. Como en otro tipo de cambios lingüísticos, la frecuencia de uso es el factor que está presente en la mayoría, si no en todos los casos de lexicalización. El uso reiterado de una expresión favorece su acomodo y arraigo en la memoria y su retención como un conjunto global e integrado más que como un todo analizable (p. 6).
También Company destaca la relevancia de la alta frecuencia en los procesos de cambio lingüístico:
Se sabe que los cambios lingüísticos son multicausales, en el sentido de que la motivación para que se produzca un cambio usualmente no viene dada por una sola causa ni nivel de lengua, sino que se debe a factores múltiples... la probabilidad de que se lleve a cabo un cambio depende, según creo, de la conjunción de, al menos, cuatro condiciones: a) ambigüedad; b) mala integración paradigmática; c) frecuencia de uso, y d) nivel de lengua modificado. Los cuatro condicionamientos suelen estar presentes, aunque no necesariamente, en la realización de un cambio (2003, p. 26).
La autora insiste en que la frecuencia es un factor primordial para la ocurrencia del cambio: “La alta frecuencia fija el uso, lo rutiniza, otorga apoyo paradigmático y crea estabilidad en el sistema -la gramática, recordemos, es la rutinización, la cristalización del uso (Hopper, «Emergent grammar»)” (p. 28). Para examinar el grado de lexicalización de ahorita debe comprobarse, en primer lugar, que se trata de una palabra cuyo significado no puede recuperarse mediante procesos morfológicos -por lo que es independiente del significado de ahora-; es decir, su significado no se comprende a partir de la unión del sufijo diminutivo + adverbio de tiempo. Cumplida esta condición, ahorita podría integrarse al grupo de voces que han experimentado cambios formales de pérdida de significación de la palabra originaria, como son colmillo (colmo), bolsillo (bolso), caballete (caballo), libreta (libro), cerilla (cera), camilla (cama), ardilla (harda)21. En segundo lugar, se debe dar cuenta de una frecuencia de uso significativamente alta en las comunidades de habla, pues esto muestra que el nuevo significado de ahorita se almacena en el lexicón del mismo modo que se almacenan los de casa o árbol.
Los datos empíricos de esta investigación acerca de la frecuencia de ahorita y sus significados, junto con la revisión de las definiciones lexicográficas, contribuirán a determinar el grado de lexicalización en que se encuentra el diminutivo en el habla de Caracas.
Ahorita en los diccionarios
La documentación lexicográfica del siglo XIX22 arroja datos acerca de la evolución de los usos del diminutivo, tanto en lo que tiene que ver con su significado referido a ‘inmediatez’ como con su diatopía. En el Nuevo Diccionario de la lengua castellana (1846) de Vicente Salvá, ahorita aparece como entrada separada de ahora, definida del siguiente modo:
AHORITA y AHORITICA. Adv. t. d. de ahora. Son provinciales de la Isla de Cuba.
En el diccionario de Castro y Rossi (1852) se destaca su significado y su condición de voz americana y andaluza:
AHORITA. adv. Úsase en América y también en algunos puertos de Andalucía. Diminutivo de ahora.
Ahorita mismo. En este instante. Sin perder tiempo.
En el Nuevo suplemento al Diccionario nacional o Gran diccionario clásico de la lengua española (1869) se mantiene la definición de Salvá:
AHORITA, ICA, TICA, adv. dim. de ahora. Son provinciales de la isla de Cuba.
Para 1895, en el Diccionario enciclopédico de la lengua castellana23, se sigue documentando como americanismo:
AHORITA y AHORITICA. Amer. Adverbios diminutivos de AHORA.
También como americanismo se registra en el Diccionario de la lengua española (1917) de José Alemany y Bolufer, junto con ahoritica:
AHORITA (dim. de ahora). adv. t. fam. Justa, cabal, precisamente en el momento en que se está hablando || Amér. En Cuba, ahora, 2a y 3a acepciones.
AHORITICA. adv. t. fam. Amér. En Cuba, ahorita.
La documentación de ahorita para mediados del siglo XIX aparece en
diccionarios regionales, como en la obra de Esteban Pichardo y Tapia, Diccionario provincial de voces cubanas
(1836), donde además se le define como vocablo de registro familiar que
intensifica la inmediatez del evento descrito:
AHORITA. Adv. fam. Mas de presente que AHORA. AHORITA MISMO. Mod. adv. fam. Aun mas de presente que AHORITA.
El posible origen andaluz de ahorita queda registrado en la obra de Adolfo de Castro, Voces gaditanas (1857)24:
AHORITA, adv. dim. de ahora para esforzar lo presente ó lo instantáneo de una cosa. Ahorita mismo viene á ser como superlativo de ahorita, si en adverbios se admite la denominación de superlativos.
Pero en el Diccionario de andalucismos (1880-1910) se sugiere que
ahorita no es de origen andaluz, pues se afirma lo siguiente:
“Es forma vulgar, importada de la isla de Cuba”; y para mediados del siglo XX, en el
Diccionario general de americanismos de Santamaría (1942), se insiste en su origen cubano:
AHORITA. adv. t. dim. de ahora: aún más del momento que ahora; tiempo pasado o futuro, muy reciente o inmediato. Se usa también en España.
AHORITA MISMO. loc. adv. En el acto: aún más del momento que AHORITA.
AHORITICA. Bidiminutivo de ahora, usado en Cuba.
AHORITITA. Bidiminutivo de ahora, de uso común en todos los países hispanoamericanos. Con frecuencia se reduplica, diciendo ahorititita. Son formas de eufemismo.
En las diferentes ediciones del siglo XX del diccionario académico25 se encuentran las siguientes definiciones del diminutivo, prácticamente las mismas hasta la 22a ed. de 2001:
Ahorita. adv. t. fam. Ahora (1927, 1950).
Ahorita. adv. t. fam. Ahora mismo, muy recientemente (1956, 1970, 1983, 1984).
Ahorita. Ahora mismo, muy recientemente. Ú. m. en Méjico (1989).
Ahorita. Ahora mismo, muy recientemente (1992).
Ahoritita. Adv. t. Méj. Ahora mismo (1992).
Como se aprecia, la referencia al vocablo como de procedencia cubana desaparece, y ya en la edición de 200126 la definición del diminutivo incorpora los significados de ‘pasado cercano’ y ‘futuro cercano’:
(Del dim. de ahora).
adv. t. coloq. Ahora mismo, muy recientemente.
adv. t. Ant. y Col. Después, dentro de un momento, en seguida.
En síntesis, los usos de ahorita se originan de la necesidad del hablante de intensificar la noción de presente inmediato de ahora y se han extendido al resto de los contextos temporales del adverbio base. Ahorita es prácticamente general en el español americano; si bien en los dialectos de la zona austral parece no emplearse, se requieren más estudios que ofrezcan datos sobre el fenómeno. Como muestran los testimonios lexicográficos, el uso innovador del diminutivo se asoció al habla andaluza y cubana y a un registro familiar informal coloquial. Estas marcas geográficas y diafásicas han evolucionado, y en la actualidad el diminutivo aparece como de uso general para referirse a un continuo temporal amplio, lo que parece indicar que ha perdido el significado intensificador de la inmediatez del evento narrado o descrito respecto del momento de la enunciación. La documentación lexicográfica muestra la generalización de los usos de ahorita, tanto desde el punto de vista semántico como dialectal. En lo que sigue se examinan los datos cuantitativos que demuestran las frecuencias de uso del diminutivo en el habla caraqueña.
Análisis de la comunidad de habla caraqueña
La primera descripción sociolingüística de los usos del diminutivo en el español de Venezuela
pertenece a De Stefano, Iuliano y Gianesin
(1979)27, quienes
analizaron un corpus sociolingüístico recogido en 1977 y extrajeron y clasificaron
todas las formas diminutivas según cinco funciones semántico-pragmáticas. En un
total de 758 casos, como se aprecia en el Gráfico
1, predominó la función reforzativa o intensificadora.
Diminutivos en el habla de Caracas, 1977 (Basado en De Stefano, Iuliano y Gianesin 1979)
En cuanto a la clase de palabras con más diminutivos, hubo 409 ocurrencias de sustantivos (54%), 265 casos de adverbios (35%), 83 de adjetivos (11%) y 1 caso de verbo. En este conjunto, ahorita fue la palabra más usada con 175 ocurrencias, alcanzando el 23% sobre el total de la muestra y el 66% dentro del grupo de los adverbios. Los 175 casos fueron clasificados según tres ejes temporales -coexistencia, anterioridad y posterioridad- respecto del momento de la enunciación.
Como se interpreta de la Tabla 1, los porcentajes fueron categóricos: el 88% son casos en los que la forma diminutiva intensifica el significado temporal de ahora ‘en este momento’, ‘en el momento mismo de la enunciación’.
Usos de ahorita en el habla de Caracas 1977 (Basado enDe Stefano, Iuliano y Gianesin 1979)
Metodología
Para constatar los valores temporales con los que ahorita es empleado, se analizaron 54 entrevistas sociolingüísticas del corpus Preseea Caracas 2004-2010 formado en su totalidad por 108 entrevistas estratificadas por edad, sexo y grado de instrucción28. Se extrajeron todas las formas terminadas en -ita/itas, -ito/itos, -itica/iticas, -itico/iticos que correspondieran a diminutivos y se clasificaron según las bases léxicas. Se descartaron las lexicalizaciones29 y se definieron cuatro variables temporales que se explican a continuación.
VT1. Valor temporal de presente amplio: ‘en esta época’, ‘en los actuales momentos’, ‘actualmente’, ‘en estos momentos’. Con este valor el hablante expresa comparaciones y evaluaciones explícitas en las que contrasta eventos, sucesos, personas en un marco temporal que se reconoce dividido por el punto que señala el adverbio (31). Se incluyen en este valor temporal los casos en los que ahorita describe un estado permanente en el presente de la enunciación, como en (32) en el que la acción de vivir se realiza en un presente amplio que contiene el momento de la enunciación:
(31) I: yo creo que la educación que me dieron mis padres y la educación que yo tuve dentro del convento / este / no es comparada <énfasis> para nada </énfasis> con la educación que estamos viviendo / ahorita / (CARA_M21_021).
(32) I: gracias a Dios se salvó y // vive ahorita pero / está casado de nuevo / vive en España / tengo una hermanita que / creo que V. debe tener doce o trece años (CARA_H12_037).
VT2. Valor temporal de pasado inmediato: ‘hace muy poco’, ‘recientemente’. En estos casos el adverbio se combina con formas verbales en pretérito:
(33) I: en el callejón San Pedro / ahí hicieron ahorita una tasca una discoteca una cosa / un hotel / hicieron un hotel sobre el cementerio (CARA_H33_099).
VT3. Valor temporal de futuro próximo: ‘dentro de muy poco’, ‘próximamente’, ‘dentro de un momento’:
(34) ...no / yo espero terminar mejor mi carrera que me falta poquito / para no enrollarme mucho / en lo que sí pienso hacer ahorita es cursos / o sea / cursos ¿qué sé yo? / asistente administrativo (CARA_H13_073).
VT4. Valor temporal de presente inmediato: ‘ahora mismo’, ‘justo en este momento’, ‘ya’:
(35) ...tengo muchos / fuertes recuerdos / entonces / así como hay algunas cosas que voy a contar ahorita buenas / te voy a decir que tengo fuertes recuerdos (CARA_M33_103).
Resultados generales
Se identificaron 1758 diminutivos, el 94% con el sufijo ito/ita/ itos/itas y el 6% restante ico/ica/icos/icas; del total de 1758 formas diminutivizadas, el 46% correspondió a sustantivos, el 17% a adjetivos y el 35% a adverbios (Gráfico 2). Esta frecuencia se debe a 12 adverbios diminutivizados pertenecientes a distintas clases semánticas presentados en la Tabla 2, en la que se constata que ahorita es el adverbio más usado.
El segundo adverbio más usado es igualito30, pues apareció 36 veces como adjetivo y 47 como adverbio (43% y 57%, respectivamente). Sigue clarito, empleado como adjetivo 6 veces y 12 como adverbio; y combinado con el verbo acordar(se), ocho veces. Si se excluye ahorita del cálculo general, las tendencias apenas cambian, es decir, los sustantivos permanecen como la categoría con más diminutivos, el 65% de la muestra (812/1244); luego siguen los adjetivos, 23% (291/1242), y después los adverbios, 7% (92/1242).
Estos datos coinciden con los de De Stefano, Iuliano y Gianesin, quienes encontraron que
ahorita fue el diminutivo más frecuente para el período de
1977. El más completo de los estudios sincrónicos sobre el diminutivo con corpus
contemporáneos arroja unos resultados similares a los del Preseea
Caracas; la autora encontró que de los 7 160 casos de diminutivos
distribuidos entre las variedades dialectales de su estudio (español andino,
bonaerense, madrileño y mexicano), ahorita era el diminutivo con
mayor número de ocurrencias31.
Broodcoorens, en su estudio dedicado al adverbio con diminutivo, también ofrece
resultados importantes. La autora identificó 805 ocurrencias de diminutivos en el
corpus sociolingüístico de la Ciudad de México y 44 en el corpus sociolingüístico de
Santiago de Chile. Además de la notable diferencia en relación con la frecuencia de
adverbios, 647 casos correspondieron a ahorita (80%)32. Florentino Paredes (2015), por el contrario, no encontró casos de
ahorita en el corpus sociolingüístico de Madrid.
En el Gráfico 3 se comparan los casos de ahorita y los demás adverbios en Caracas, Ciudad de México, Lima, La Paz y Santiago de Chile. Llama la atención que tanto para Caracas como para la Ciudad de México ahorita alcanza frecuencias muy altas (siempre por encima del 50%), lo que es muestra de la extensión del diminutivo en estas comunidades33. En Lima y en La Paz, si bien las frecuencias son menores a las de Caracas y la Ciudad de México, los casos alcanzan un 27%.
Frecuencia de ahorita en distintos dialectos americanos y períodos (De Stefano, Iuliano y Giamesin 1979; Reynoso 2003;Broodcoorens 2013-2014; y Preseea Caracas 2004-2010).
En un segundo examen de los datos caraqueños, contrasté los adverbios con y sin diminutivos. Como se presenta en el Gráfico 4, las bases sin sufijos se emplean más que los diminutivos, a excepción de ahorita, cuya frecuencia es casi igual que la de ahora34.
Bases adverbiales con diminutivo y sin diminutivo en el habla de Caracas
Estos datos de ahora y ahorita dan cuenta de un espectro semántico en el que ambas formas alternan. Los datos del Gráfico 4 no dejan lugar a dudas de la frecuencia significativamente alta que posee el diminutivo.
En cuanto a los valores temporales, el Gráfico 5 permite comprender que el valor temporal predominante de ahorita es el VT1 con un 68% y que el VT4, el de la inmediatez, le sigue con el 16%. Las frecuencias de ahora son muy cercanas a las de ahorita (483 vs. 517), por lo que puede plantearse que ahorita se expande a expensas de ahora. Broodcoorens mantuvo una división de cuatro valores temporales para los datos de la Ciudad de México y obtuvo un 60% de ahorita para el ‘presente amplio’ y un 20% que refiere al ‘momento de la enunciación’, datos que reflejan la pérdida de la significación de intensificación como un patrón evolutivo común en ambos dialectos. En el mismo Gráfico 5 se comparan los resultados de ambas investigaciones.
Valores temporales de ahorita en el habla de Caracas y en la Ciudad de México
Nótese las frecuencias bajas de los valores referidos al pasado y futuro cercanos, lo que indica que ahorita se emplea fundamentalmente para el tiempo presente concebido en un continuo amplio.
Ahorita caraqueño: un caso de lexicalización
Según la documentación lexicográfica, el diminutivo empezó a usarse como intensificador del significado de inmediatez de ahora; los testimonios más tempranos de este uso datan de 1846, y en ellos se incorporan marcas diatópicas y diafásicas. En las definiciones más contemporáneas aparece como voz de uso general, sin marcas diatópicas ni diastráticas.
Los datos caraqueños indican que ahorita ha perdido su valor intensificador, a la vez que ha expandido sus contextos semánticos. No obstante, el diminutivo sigue manteniendo valor derivativo, alternando con ahora en todos los contextos temporales, y no posee un significado independiente de ahora, como sí lo son el significado de bolsillo respecto de bolso y el de camilla respecto de cama. En este sentido, aún no se puede dar como hecho consumado que el significado de ahorita sea independiente del análisis de su composición y que el hablante almacene dicho significado como un bloque.
En cuanto a la frecuencia de uso, en este estudio y en la comparación que se ha hecho con las otras investigaciones, ha quedado demostrado que ahorita se emplea con altas frecuencias, lo que puede tomarse como síntoma del proceso de lexicalización en el que los cambios semánticos del adverbio diminutivizado se rutinizan en la competencia de los hablantes. Ese ahorita polisémico, que se expande en todo el espectro temporal de ahora, se separa del ahorita intensificador original y experimenta, inclusive, cambios en su pronunciación (Øhorita), lo que también muestra el cambio semántico aparejado con la reducción fonética35.
Conclusiones
En este estudio se han mostrado los significados con los que se emplea ahorita en la comunidad de habla caraqueña. En su conjunto, los hallazgos se relacionan con los cambios semánticos que muestran un estado intermedio, no concluido, de lexicalización del diminutivo.
De acuerdo con el análisis cuantitativo, en primer lugar, ahorita es la palabra de mayor frecuencia (675) en el corpus de 1758 diminutivos del Preseea Caracas 2004-2010. En segundo lugar, los valores temporales de ahorita se distribuyen entre el presente amplio (68%) y el presente inmediato (16%).
Atendiendo a la revisión lexicográfica del siglo XIX, el uso original de ahorita es el de intensificador del significado de inmediatez temporal de ahora, característico del área andaluza y cubana-caribeña y perteneciente a un registro informal. Los diccionarios de finales del siglo XIX muestran cómo el significado intensificador dio paso a los otros significados temporales con los que se emplea en la actualidad. Finalmente, la alta frecuencia de uso distingue ahorita en el habla caraqueña y da cuenta de su progresiva lexicalización.
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Este trabajo es parte del proyecto de investigación “Estudio contrastivo de los procesos de sufijación apreciativa en el español”, adscrito al Instituto de Filología “Andrés Bello”, de la Universidad Central de Venezuela (UCV), número COINPI20160041.
Los ejemplos que terminan con este código dentro de paréntesis pertenecen al Corpus sociolingüístico de Caracas: Preseea Caracas 2004-2010; en adelante, Preseea Caracas. Cada dígito debe interpretarse del siguiente modo: Cara: Caracas; H (hombre) o M (mujer), más grupos de edad (1, 2, 3) y nivel educativo (bajo, 1; medio, 2; alto, 3), más número de entrevista dado por el equipo de investigación (en los ejemplos anotados 103 y 032, respectivamente). El Preseea (http://Preseea.linguas.net/Inicio.aspx) es un Proyecto para el estudio sociolingüístico del español de España y América que reúne corpus sociolingüísticos del mundo hispánico.
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Nueva gramática de la lengua española. Manual 2010, p. 165. En adelante NGLE-M.
Cf. Jeanett Reynoso Noverón 2003 y 1997; también cf. Company 2002, 2004 y 2007.
Como plantea Emilio Náñez Fernández 1973, p. 379: “...opinamos que lo característico del diminutivo consiste en participar de ambas nociones, la pequeñez, real o fingida, y lo axiológico, en dosis distintas... por otra parte, se pliega como ningún otro signo a las exigencias con que vierte la intencionalidad del hablante”. La bibliografía acerca del diminutivo en lengua española es extensa. Escapa a nuestros objetivos comentar la amplia discusión teórica acerca de las funciones del diminutivo desarrollada en los estudios generales que nombro a continuación y a los que remito: A. Alonso 1930 y 1951; S. Fernández Ramírez 1962; F. González Ollé 1962; A. Zuluaga Ospina 1970; J.J. Montes Giraldo 1972; J.G. Moreno de Alba 1977; D. Jurafsky 1996; M. Hummel 1997; F.A. Lázaro Mora 1999.
Cf. O. Kovacci 1999.
ASALE 2010.
Cf. también NGLE-M.
Corpus sociolingüístico del habla de La Habana, http://Preseea.linguas.net/Equipos/LaHabana.aspx.
Los ejemplos uruguayos pertenecen al Corpus sociolingüístico de Montevideo, http://Preseea.linguas.net/Equipos/Montevideo.aspx.
Este ejemplo, tomado de la entrevista hecha a una mujer con grado de instrucción superior, oriunda de la ciudad de Cobán, pertenece al Proyecto para el estudio sociolingüístico del español de las ciudades de Guatemala, coordinado por Lucía Verdugo de Lima, Ana María Palma Chacón, Maya Fong de Rivera y Ana Acevedo-Halvick, Preseea Guatemala.
Silva-Corvalán 2001, pp. 218-236. La sociolingüista chilena plantea respecto de las funciones de ahora como marcador discursivo: “Este proceso de gradual gramaticalización ha seguido adelante a través de la evolución del castellano, de tal manera que en la lengua de hoy, la forma ahora no es sólo un deíctico temporal sino también un deíctico de discurso e incluso nos atrevemos a sugerir que es un deíctico modal” (p. 220). De 770 casos de ahora, analizados por Silva-Corvalán, la función temporal predominó, con el 78.4%, sobre la función discursiva, que alcanzó el 19.2%.
Me refiero con “información subjetiva” a las nociones no vinculadas con la disminución del tamaño de la base modificada por el sufijo. J. Reynoso Noverón 2003 propuso tres funciones pragmáticas del diminutivo en relación con significados objetivos y subjetivos, tipología que ha sido empleada en los estudios de Paredes 2015 y Broodcoorens 2013-2014, a saber: i) la valoración cuantificadora; ii) la valoración cualificadora; iii) la valoración relacional. Para analizar el diminutivo como estrategia de atenuación en el discurso es indispensable revisar Antonio Briz 1998.
He extraído estos ejemplos del corpus que conforma el Preseea Guatemala. En la página web del proyecto panhispánico (http://Preseea.linguas.net/Metodolog%C3%ADa.aspx) se puede consultar sus características y diseño. Cf. también Francisco Moreno Fernández 2005.
No obstante, y dado que su trabajo tenía una finalidad más amplia, no hay una revisión exhaustiva de ahorita en el corpus mexicano que analizó. Volveré a los resultados de J. Reynoso en la sección dedicada a los resultados generales.
Realicé la búsqueda de ahorita en los medios del CORDE para cubrir todo el siglo XIX. Los resultados arrojaron 11 casos en 8 documentos: 3 en un texto argentino; 4 en tres textos españoles; 1 en un texto ecuatoriano, un texto peruano, un texto costarricense y uno mexicano. Tres ejemplos peninsulares pertenecen a don Benito Pérez Galdós cuyo uso de las formas diminutivas fue descrito en el extenso y conocido estudio de Náñez Fernández (1973, p. 324), quien destaca el valor estilístico con el que emplea el escritor el sufijo apreciativo: “En Galdós la abundancia del diminutivo es abrumadora... La preferencia por el sufijo -ito es manifiesta, como rasgo del lenguaje popular, madrileño y doméstico”. En su análisis de las obras Gloria, Marianela y Fortunata y Jacinta identificó 1651 casos de diminutivos, de los cuales 1163 corresponden a -ito. En dicho corpus, ahorita apareció dos veces (ejemplos 29 y 30).
Náñez Fernández (1973) estudió todas las variantes del sufijo apreciativo: -illo, -uelo, -ico, -ito y conformó un corpus general de 18 581 diminutivos.
Para conocer más acerca de los usos del diminutivo en el español americano desde la perspectiva diacrónica, cf. Ramírez Luengo 2006.
De acuerdo con la NGLE-M, p. 166, las palabras opacas se oponen a las palabras transparentes, “cuyo significado se deduce de la combinación de raíz y sufijo, como casita, naricilla, hombrón, guapete... Solo a las voces de este último grupo [opacas] da cabida el diccionario, puesto que, frente a las del grupo anterior [trasparentes], muestran un significado distinto del de su base”.
Para este último caso, cf. P. Montero Curiel 2008.
Los diccionarios del siglo XIX fueron consultados en la página web de la Real Academia Española, Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española, http://ntlle.rae.es/ntlle/SrvltGUISalirNtlle. Sólo se citará el nombre de la obra y su autor, tal como se especifica en la consulta del NTLLE.
Elías Zerolo, Diccionario enciclopédico de la lengua castellana. Esta misma definición se mantiene en el Nuevo diccionario enciclopédico ilustrado de la lengua castellana, de Miguel Toro y Gómez (1901).
Se refiere a la obra Nombres antiguos de las calles y plazas de Cádiz. Sus orígenes, sus cambios, sucesos notables ocurridos en ellas. Idea de las antiguas costumbres locales. Acompaña un diccionario de voces gaditanas. Publicado por primera vez en 1857.
Real Academia Española; se indican entre paréntesis las fechas de las ediciones.
Diccionario de la lengua española, 22a ed., en su edición de 2012. María Moliner 1999 presenta la definición de ahorita al final de la entrada de ahora sin hacer mención de su procedencia, pero resalta el registro: “ahorita. Diminutivo frecuente en lenguaje informal; especialmente «ahorita mismo»”.
El corpus en cuestión se estratificó según los criterios socio-demográficos de edad, sexo y grado de instrucción. Las 72 grabaciones tienen una media hora de duración y corresponden a 36 hombres y 36 mujeres, distribuidos en tres niveles socioeconómicos (alto, medio y bajo) y en dos grupos generacionales: de 14 a 29 años y de 30 a 45 años. Se cuenta también con el estudio diacrónico sobre el diminutivo en el español de Venezuela de Luciana de Stefano y Laura Pérez 2001-02. Otro estudio es el de Fraca de Barrera 1986. Mercedes Sedano (2001) propone que en el español de Venezuela ahorita intensifica los significados ‘hace un momento’ y ‘dentro de un momento’: Ahorita/ahora acabo de ver a Pedro entrar en el cine ‘hace un momento’; ahorita/ahoritica lo voy a llamar por teléfono ‘dentro de un momento’.
Para conocer el diseño del Preseea Caracas debe consultarse Bentivoglio y Malaver 2012. Además del presente estudio, se han realizado otros trabajos sobre el diminutivo con corpus Preseea. Del español de Madrid se cuenta con el estudio de Florentino Paredes 2015; del habla de Granada, con el de Manjón-Cabeza Cruz 2012. Con el corpus El habla de Monterrey PRESEEA se ha publicado los trabajos de Mayra Silva Almanza, 2009, 2010 y 2012. Elien Broodcoorens (2013-2014) ha llevado a cabo un estudio comparativo con los materiales del Corpus sociolingüístico de la Ciudad de México y el Preseea de Santiago de Chile, cf. San Martín Núñez y Guerrero González, “Muestra de Santiago de Chile”.
En I. Malaver 2014 analizo el uso del diminutivo igualito cuando cumple las funciones de adjetivo comparativo y adverbio de modo. Los resultados del estudio mostraron que igualito se emplea más cuando se trata de la función adverbial comparativa.
J. Reynoso 2003. La autora analizó cuantitativa y cualitativamente un corpus multidialectal, compuesto por muestras orales y escritas, pertenecientes tanto a muestras urbanas como rurales del español americano y peninsular. Reynoso se propuso “comparar la marca de diminutivo en el español de cuatro zonas dialectales, dos de ellas caracterizadas por su contacto con lenguas y culturas de sustrato: 1) Altiplano central, costa pacífica, costa atlántica de México y 2) la zona andina; y otras dos cuyo desarrollo histórico-cultural no sólo carece de culturas de sustrato y adstrato, sino que es totalmente divergente respecto de las dos primeras: 3) Madrid, España y 4) Buenos Aires, Argentina” (p. 18). La heterogeneidad de sus datos es pertinente para la comparación con Preseea Caracas, pues fueron producidos en comunidades de habla distintas; fueron recogidos en distintos años; pertenecen a hablantes indígenas y no indígenas de diferentes estratos socioeconómicos, de diferentes edades y de zonas rurales y urbanas.
E. Broodcoorens 2013-2014. La submuestra mexicana estuvo compuesta por 36 entrevistas estratificadas en tres grupos etarios y tres niveles socioeconómicos (alto, medio, bajo); la submuestra chilena estuvo compuesta por 47 entrevistas estratificadas del mismo modo que las mexicanas. Ambos son corpus del siglo XXI, recogidos entre 2000 y 2010.
En su estudio, J. Reynoso (2003) analiza el habla culta y el habla popular de la Ciudad de México, los dos corpus mexicanos más importantes recogidos en la década de los años setenta del siglo pasado. Broodcoorens (2013-2014), por su parte, ha estudiado el corpus recogido en la primera década del siglo XXI, lo cual supone unas tres décadas entre corpus y corpus. Cf. Juan M. Lope Blanch 1971 y 1976. Los resultados, entonces, dan cuenta del uso de ahorita en los hablantes mexicanos de niveles socioeconómicos diferentes, en una sincronía de treinta años aproximadamente.
Los trabajos citados no incorporan las frecuencias de ahora, por lo que carezco de datos para comparar los resultados del Preseea Caracas.
Aunque no se analizan las realizaciones fonéticas de ahorita en el Preseea Caracas, la pronunciación horita es conocida entre los caraqueños. Reynoso 2003 separó los ahorita (236) y los horita (186).